el filósofo y el atleta
Tras vencer en un campeonato, un atleta no hacía más que pregonar a los cuatro vientos su triunfo.
Un filósofo se acercó al grupo de gente que le rodeaba y , al oír al vencedor, le preguntó:
-¿tu adversario era más fuerte que tú?
-¡vaya tontería! -exclamó el atleta-¡yo soy el hombre más fuerte del mundo!
En tonces- prosiguió el pensador -¿
qué honor mereces si sólo has vencido a otro más dévil?
La presunción de los vanidosos se corrige con inteligencia.e
No hay comentarios:
Publicar un comentario